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Cinco tips de oro para aprender a gastar

06/12/2018

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No importa cuánto ganes: si no sabes cómo gastar el dinero, nunca te va a alcanzar. Esa es una máxima que pueden corroborar muchas personas, hasta las que tienen ingresos muy altos. Si nunca te alcanza el dinero, es tiempo que pongas atención a la forma en que lo gastas. Sigue estos cinco tips básicos y verás cómo cambia tu percepción en muy poco tiempo.


Registra tus gastos

Seguramente te ha pasado que revisas tu estado de cuenta y dices: “¿en qué momento me gasté tanto dinero? ¿En qué gasté que ya no me acuerdo?”. Bueno, pues es normal: todos los días hacemos pequeños gastos y compras de los que no somos plenamente conscientes; así, cuando se acerca el fin de la quincena, tenemos en el banco mucho menos dinero que el que creíamos tener.

La forma más fácil de evitar que esto ocurra es llevar un inventario puntual y detallado de cada gasto que realizamos, desde el pago de la renta, la tarjeta de crédito y el supermercado, hasta las propinas, los pequeños préstamos que realizamos y las compras aparentemente insignificantes.

Hazte de una libreta y acostúmbrate a apuntar en ella cada gasto, sin importar lo pequeño que sea. Una vez a la semana, revísala y verás cómo, al cabo de un mes, ya empiezas a entender en qué se va el dinero.


Convierte el ahorro en una religión

Mucha gente piensa que gana muy poco dinero como para ahorrar. Bueno, pues quizá sea cierto para quienes están en extrema pobreza, pero tú, que tienes acceso a internet, no estás en esa situación. Así que, sin importar cuánto ganes, deberías de considerar al ahorro como una manda, una ley inquebrantable.

Haz un ejercicio muy sencillo: ahorra uno de cada $10 pesos que lleguen a tu bolsa. Si ganas $5,000 pesos al mes, imagínate que sólo ganas $4,500. Los otros $500 se irán directo a una cuenta de ahorro. Lo mismo aplica para cualquier ingreso extra: si te cae una lanita del cielo, ahorra 10%, siempre, pase lo que pase.

En unos meses verás cómo ese ahorro se empieza a convertir en una cantidad importante, que puede servirte como un fondo de emergencia para cubrir gastos médicos; como un fondo de ahorro vacacional o, de plano, para pagar el enganche de una casa cuando estés en condiciones de hacerlo.


Cada peso cuenta

No hay que ser un avaro para darse cuenta que cada peso es importante. Para ahorrar grandes cantidades hay que sumar números pequeños: compra en las tiendas que te ofrezcan los mejores descuentos; en vez de hacer compras de emergencia, planifica tus gastos y recuerda que, a mayor volumen, menor precio.

Un ejemplo: siempre será más barato comprar un paquete de 16 rollos de papel higiénico, una vez al mes, que ir cada tres días a la tienda de la esquina a comprar un paquete de cuatro rollos.

Otra forma de gastar menos es dejar de comprar antojos: antes de gastar cualquier cantidad de dinero, piensa si realmente necesitas lo que estás a punto de comprar, desde una golosina hasta una prenda de ropa. Y, hablando de ropa, aunque suene paradójico, a veces conviene más comprar ropa cara, si es de buenos materiales y está bien confeccionada. Si te compras una camisa de $1,000 pesos que te va a durar cinco años, es mejor que si te compras una camisa de $500 pesos cada seis meses, ¿no crees?


Evita los pagos chiquitos

Uno de los engaños publicitarios más dañinos que hemos vivido son los “pagos chiquitos”: esos esquemas que te ofrecen adquirir aparatos electrónicos, muebles, viajes y otros servicios y productos a crédito de largo plazo, con abonos semanales o mensuales.

Las tasas de interés que te ofrecen muchas tiendas departamentales o de productos diversos son altísimas. Antes de comprar una televisión o una computadora bajo un esquema de plazos, verifica el Costo Anual Total del crédito, así podrás saber cuánto te va a costar en realidad esa pantalla plana que tanto quieres.

Muchas veces es preferible ahorrar durante unos meses para comprarte de contado lo que necesitas o lo que deseas. No te dejes seducir por la fantasía de que puedes tener todo lo que quieras, porque terminarás endeudado con muchos pagos fijos a uno, dos o más años. Mejor ahorra y compra de contado.


Haz de tu tarjeta de crédito una aliada

Las tarjetas de crédito pueden ser muy útiles: te permiten comprar en línea, registrarte en hoteles, estar más seguro en la calle (pues no tienes que portar tanto efectivo), rentar autos, etc. Pero también pueden ser tus peores enemigas. Si eres de los que se la pasan pagando los mínimos de sus tarjetas de crédito, cuidado: estás gastando más que lo que tienes.

Ese es el principal error que cometemos a la hora de administrar nuestras finanzas personales. La fórmula es muy simple: si compras con una tarjeta de crédito y no liquidas 100% de tu deuda cada mes, estás gastando lo que no tienes. Los intereses que te cobran los bancos son altísimos y acabarás pagando mucho más que lo que costaban originalmente los servicios y productos que adquiriste.

Lleva siempre un control estricto de lo que compras a crédito y no gastes más que lo que puedas pagar de una sola exhibición cada mes. Sí, puede parecer duro o limitante pero, en realidad, serás mucho más libre si gastas sólo en la medida en que puedes.


Algunos tips adicionales:

·     No compres si estás deprimido: comprar puede hacer que te sientas mejor de momento pero, a la larga, tus problemas emocionales seguirán ahí, junto con una deuda que hará tu vida más complicada

·     Limita el uso del automóvil o, de plano, abstente de él: tener auto es carísimo. No sólo consideres lo que cuesta el auto en sí, también piensa en la gasolina, la verificación, los servicios, las refacciones, la Tenencia, los parquímetros, la pensión, los estacionamientos esporádicos, las multas, los trámites y todos los otros gastos. Usa el transporte público y la bicicleta: vivirás menos estresado, te mantendrás en mejor forma y ahorrarás mucho dinero. En las ocasiones en que debas usar auto, puedes recurrir a los taxis y otros servicios de transporte privado. Haz cuentas y verás que es mucho más barato que tener un auto propio

·     Haz la lista del súper y limítate a ella: recorrer el súper pasillo por pasillo es una excelente forma de gastar dinero a lo tonto; mejor, haz una lista detallada y bien pensada de lo que en verdad necesitas y compra sólo eso. Ya existen algunas aplicaciones para celular que te permiten hacer las compras desde tu casa. No son muy caras y así puedes evitar tentaciones a la hora de recorrer los pasillos del súper

Redefine el concepto “necesitar”: una cosa es lo que uno quiere o desea y otra muy distinta es lo que uno necesita. Necesitamos agua y comida, techo y ropa, y poco más que eso. Desde ahora, cada que digas “necesito un nuevo teléfono”, piensa si realmente lo necesitas o sólo te gustaría tenerlo. Verás la gran diferencia que existe entre ambos conceptos


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